
Sentado frente a una pequeña laguna en una fría tarde de octubre del 2005 a las afueras de un pequeño pueblo llamado Kyneton, en Victoria, Australia, empezó a sonar esta canción desde la lista aleatoria que tenía en un nuevo aparatito que se llamaba iPod Nano. Se acercaba el final de un año que había sido muy duro y en el que había tenido que enfrentarme a una decisión que nadie quiere afrontar, pero no tuve alternativa.
Pero en ese momento, justo cuando Stream Of Consciousness comenzó a escucharse a través de los audífonos, la calma me envolvió y sentí cómo el lento movimiento del agua hacía eco con ese fluir en mi conciencia que me mostraba que por muy complicado que hubieran sido los últimos meses, la decisión de darse un respiro y retomar fuerzas era más fácil y llevadera al ir acompañada de buena música. Train Of Thought es el séptimo álbum de Dream Theater y siempre me gustó, en particular el tema instrumental que incluye y es la canción que originó esta entrada. Es dramática y cerebral pero ante todo fluye, al igual que el agua. Siempre he sentido una especial atracción hacia estar ante lagos y ríos, por lo que automáticamente gravité hacia la laguna donde me encontraba en ese momento. Y mientras escuchaba con atención esa canción que para entonces ya conocía bien, hizo un eco muy sonoro dentro de mí y me llevó a sentir una calma y en especial la esperanza que realmente necesitaba.

¿Y qué fue lo que hizo que ese año en particular fuera tan duro? Pues algo para lo que no había planeado, un suceso que no estaba dentro de mis planes pero que llegó y terminó por ser ineludible. A inicios de ese año tuve que atravesar un divorcio. El mío. Al final de cuentas ambos llegamos a la conclusión de que era mejor continuar nuestras vidas por separado que seguir juntos haciéndonos cada vez más daño. El encontrarse viviendo una vida que cambió de rumbo para atravesar una feroz tormenta es abrumador, pero en esas circunstancias hay sólo dos opciones, nadar y sobrevivir o rendirse y morir bajo las olas. Decidí la primera y durante casi un año le hice frente a lo que tenía por delante y por azares del destino pude hacer un viaje que me llevó a ese pueblo australiano, donde logré encontrar una paz y felicidad que no sentía hacía ya bastante tiempo. Ese respiro me dio la energía necesaria para seguir viendo adelante y reconstruir mi vida. Relaté esa historia aquí.

Y Dream Theater con Stream Of Consciousness marcó un hito para mí, un antes y un después que me sirvió para cerrar una etapa y abrir otra, con nuevas metas y esperanzas. Y qué mejor canción que esta, llena de dinamismo y cambios que es capaz de transmitir una poderosa energía sin necesidad de una letra. Los integrantes de esta banda son prodigiosos en sus respectivos instrumentos y aquí brillan con una deslumbrante intensidad que nos lleva a deleitarnos con cada nota que interpretan, es una composición maravillosa. Dream Theater estaba integrada en ese momento por John Petrucci en la guitarra, John Myung en el bajo, Mike Portnoy en la batería, Jordan Rudess en los teclados y James LaBrie en la voz, aunque ausente aquí.
La vida es forjada por nuestras decisiones y nuestra determinación para seguir adelante marcará el destino al que lleguemos. Aún en medio de la más oscura noche nuestra luz interior nos puede mostrar un camino y esa puede ser la salida hacia un mejor futuro. Y para muchos, ese viaje se hace más llevadero con una banda sonora que lo acompañe.
Antonio Chico 2019
Stream Of Consciousness, precedida por Vacant que aunque son canciones separadas, se disfrutan más al escucharlas una tras la otra:
Y en vivo en Budokán:
Lindo!!! sei bem como é!!
Me gustaLe gusta a 1 persona