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Estaba en Nara, Japón en abril del 2009. Buscando novedades en una discoteca, una HMV seguramente, vi esta portada y un nombre que me llamó la atención. En una historia muy similar a lo que me ocurrió con God is an Astronaut un mes antes, por un capricho de la vida me pongo los audífonos y empiezo a escuchar To lose my life… de los ingleses White Lies. Luego se un sintetizador que dura unos segundos, empieza una línea de bajo, clara y muy definida, casi galopante mientras las teclas llevan la melodía. En menos de diez segundos supe que había encontrado algo excepcional, e igual que el mes anterior, era un género hasta ese momento desconocido para mí. Más adelante aprendí que se llama post-punk.

White Lies es un trío, integrado por Harry McVeigh (guitarra y voz), Charles Cave (bajo y coros) y Jack Lawrence-Brown (batería). Tienen una habilidad envidiable para componer e interpretar canciones con letras tristes o deprimentes acompañadas de una música  que nos levanta el ánimo. Es una mezcla muy peculiar que funciona maravillosamente bien. Además tiene gran influencia de la música de inicio de los 80’s y no sonaría fuera de lugar en un listado de esa música. Sus integrantes no llegaban a los 20 años de edad cuando lanzaron este disco, lo cual explica la energía que contiene a lo largo de los 45 minutos que dura.

Las canciones pudieran parecer simples musicalmente hablando, hasta que uno realmente presta atención y se da cuenta que con sólo los instrumentos mencionados y algunos teclados han creado algo muy apetecible al oído. Y no son simples, para nada, pero están tan bien hechas que uno equivocadamente podría pensar lo contrario.

La voz de McVeigh nos recuerda mucho a la de Ian Curtis, el fallecido vocalista de Joy Division. Es más, ambos pertenecen al mismo género musical. Del cual otros exponentes son Editors, Interpol, Franz Ferdinand, Siouxsie and The Banshees y The Cure.

Ahora prestemos atención a las canciones indivudualmente.

Death habla de una persona que vive su vida con ilusiones, experiencias que disfruta y hasta el amor de alguien más, pero está paralizado por un permanente miedo a la muerte y el sentimiento de que su tiempo se agota. A pesar de lo sombría de la letra, el ritmo es alentador y agarra una fuerza trepidante a partir de la mitad y un estribillo pegajoso que nos invita a cantarlo a coro.

To lose my life es acerca del pavor que tiene una persona a morir antes que su pareja, o que su pareja muera primero. Vive su permanente pesadilla. Anhela que ambos envejezcan unidos y mueran juntos. La segunda estrofa pone en duda si eso fue posible y deja entrever que él muere primero y quedan los demás llorando su partida. Otra letra triste acompañada de una música que le hace total contraste. Suena incluso dulce y podría ser hasta algo bello cuando canta let’s grow old together and die at the same time.

A place to hide cuenta la historia de alguien que sabe un secreto y que va a empezar una guerra. Habla con quienes están al poder y les dice «puedo contarles todo», pero necesita que le garanticen su seguridad antes de que comience la tormenta. La canción suena a una mezcla entre súplica y lamento. Es melancólica pero lleva un ritmo más acorde con un tema menos lúgubre.

Fifty on our foreheads explican los integrantes, es una extraña historia sobre la muerte del sol y el envío de una docena de niños en una nave hacia el mismo, sabiendo que era una misión sin retorno. Es narrada desde el punto de vista de uno de esos niños y claramente expone el miedo y la tristeza que sienten, pero no tienen opción, deben obedecer. La música es triste y casi parece un tributo.

Unfinished business es de un joven que fue asesinado por su pareja. Él vuelve como un fantasma a verla y la encuentra arrepentida de lo que había hecho. Cree que lo ve y le habla, pero en realidad ella le está hablando a Dios y le pregunta dónde está. El joven le dice que la ama y que la estará esperando, pero hay una luz blanca que lo llama. Fue la primera canción compuesta por White Lies y marca el estilo de la banda, con letras tristes y su música alentadora.

E.S.T. siginifica «Electric Shock Therapy» por sus siglas en inglés y de eso trata la canción. Una joven es sometida a terapia de choques eléctricos para someterla, pero ella misma narra que pueden amarrar sus manos a la pared pero jamás lograrán atar sus sueños. Deja sus recuerdos escritos en sangre en el suelo y sus temores con la enfermera. Sabe que morirá allí pero recuerda al terapista que también él terminará en el mismo lugar que ella.

From the stars habla de alguien que era una estrella famosa pero fue ya olvidado. Asiste al funeral de un amigo sin mostrar emoción y se mantiene pendiente de la hora. Al salir, las gotas de lluvia se acumulan en sus manos mientras comprende la fragilidad de la vida y eso hace que se derrumbe en el penthouse de su hotel. En contraste con la letra, la música se escucha con un aire de positivismo que nos hace ver hacia adelante a sabiendas que todo puede mejorar si nos lo proponemos.

Farewell to the fairground trata de ese sentimiento de querer escapar de nuestro entorno y todos sus problemas para irnos a otro lugar donde todo nos resulta nuevo. Esta canción existe desde antes de que White Lies se llamara así, primero fueron Fear of Flying y con Farewell dieron el salto para convertirse en la banda que ahora conocemos. Tiene un ritmo enérgico y un estribillo que nos entra en la mente y hace que lo sigamos cantando. Nunca falta en las presentaciones en vivo del grupo y es posiblemente la mejor canción del álbum y la más icónica del repertorio que White Lies ha compuesto.

Nothing to give es de un hombre narrando el acumulado de excusas y remordimientos que ha juntado a lo largo de su vida. Por más que ha hecho, nunca pudo salir adelante y ahora vemos como hasta su pareja lo abandona porque él ya no tiene más que dar. Cuando ella se despide, él casi siente la muerte. Esta sí es una canción que suena tan triste como la letra. No le faltaría mucho para ser una marcha fúnebre, pues casi es el entierro en vida de una persona.

The price of love nos cuenta la historia de un falso secuestro. La esposa huye con el amante y hacen creer al esposo que fue secuestrada. Le exigen un millón para liberarla, no junta lo suficiente y le hacen creer que la matan. El amante, al no recibir lo pactado, la abandona y ella queda sola, pues ya no puede regresar con su esposo, que realmente la amaba. Esta es la última canción de To lose my life…, que termina con la misma energía que comenzó.

White Lies creó un álbum fantástico, algo que es inusual encontrar, con letras poéticas y una música que lleva un tempo animado. Una mezcla que logra convertir a To lose my life… en algo inolvidable y digno de escuchar muchas veces. Altamente recomendado.

Antonio Chico 2018

 

White Lies – To lose my life… (2008)

While on a stay in Nara, Japan, in April of 2009, I went looking for new music at a record store, almost surely an HMV. In there I saw this cover, and the band name caught my attention. In a story very similar to what happened to me with God is an Astronaut a month before, on a whim I put on the headphones and start listening to To lose my life… by White Lies. It begins with a synthesizer note that lasts a few seconds, then the bassline, with a clear and very defined sound, starts galloping while the keys carry the melody. In less than ten seconds I knew I had stumbled upon something exceptional, and just like the previous month, it was a genre until then unknown to me. Later I learned that it’s called post-punk.

White Lies is a trio from England, its members are Harry McVeigh (guitar and vocals), Charles Cave (bass and backing vocals) and Jack Lawrence-Brown (drums). They have an enviable ability to compose and interpret songs with sad or depressing lyrics accompanied by uplifting music. It’s a very peculiar mix that works wonderfully well. It’s also influenced by the music of the early 80’s and would not sound out of place in a playlist from that time. Its members had not yet turned 20 when they released this album, which explains the energy it contains throughout the 45 minutes it lasts.

The songs may seem simple musically speaking, but if you pay closer attention you’ll soon realize that with just the aforementioned instruments and some keyboards, they have created something very appealing to the ears. They’re actually complex songs, and so well written that one could mistakenly think otherwise.

McVeigh’s voice reminds us a lot to Ian Curtis’, the late Joy Division vocalist. Moreover, both belong to the same musical genre. Other examples are Editors, Interpol, Franz Ferdinand, Siouxsie and The Banshees and The Cure.

Now let’s pay attention each song individually.

Death speaks of a person who lives his life with illusions, experiences that he enjoys and is loved by his romantic interest, but a permanent fear of dying and the feeling that his time is running out render him unable to enjoy his existence. In spite of the somber lyrics, the rhythm is cheerful and it gathers a fast-paced force from the halfway point on and adds a catchy chorus that invites us to sing along.

To lose my life is about the fear that a person feels about dying before their partner, or that their partner dies first. An ever present nightmare. He longs for both of them to grow old as a couple and dying together. The second verse calls into question if that actually happened and hints that he dies first and his loved ones are left crying after his departure. Another sad lyric accompanied by completely contrasting music. It’s almost sweet sounding and romantic when he sings let’s grow old together and die at the same time.

A place to hide tells the story of a person that knows a secret that could start a war. He goes to speak to those in power and tells them «I can tell you everything», but you must guarantee my safety before the storm begins. The song is a mixture between a plea and a lament and the melancholic but upbeat rhythm would also be at home with a less dismal theme.

Fifty on our foreheads was explained by the band in an interview. It’s a strange story about the death of the sun and a mission that sends 12 kids on a ship towards it on a suicide mission. It is narrated from the point of view of one of those children and clearly exposes the fear and sadness they feel, but they have no choice, they must obey. The music is sad and almost tribute-like.

Unfinished business is about a young man who was killed by his partner. He returns as a ghost to find her and learns that she deeply regrets what she did. He thinks for a moment that she is able to see him, but in reality she is talking to God and asking him where he is. Even though she can’t hear him, the young man tells her that he still loves her and that he will be waiting for her, but there’s a white light that’s beckoning him to leave. It was the first song composed by White Lies and marked the style of the band, with its sad lyrics juxtaposed with encouraging music.

E.S.T. stands for «Electric Shock Therapy» and that’s what the song is about. A young woman is subjected to such therapy in order to subdue her, but she tells them that even if her hands are tied to the wall, they will never be able to bind her dreams. She leaves her memories written in blood on the ground and her fears with the nurse. She is aware that her life will end there and reminds the therapist that he too will end up in the same place as her.

From the stars talks about a washed up star. He attends a friend’s funeral, shows no emotion and keeps an eye on the time. When leaving, the raindrops build up in his hands as he graps the frailty of life and that realization causes him to collapse inside his hotel room. In contrast to the lyrics, the music expresses an air of positivism that makes us look forward knowing that everything can improve if we set our mind to it.

Farewell to the fairground is about that feeling of wanting to escape from our surroundings and all its problems and go to another place where everything is new to us. This song exists since before White Lies were called that. In the beginning, their name was Fear of Flying and with Farewell they took the leap to become the band we now know. It has an energetic rhythm and a refrain that enters our minds and inspires us to sing along with it. This song is always played in their live performances and may be the best one on the album, and the most iconic in the ample repertoire that White Lies has so far written.

Nothing to give is a story told by a man pondering on the accumulated excuses and regrets he has gathered throughout his life. As much as he has done, he could never get ahead in life and now we see how even his partner leaves him because he has nothing left to give. When she says goodbye, he feels like dying. This is a song that sounds as sad as its lyrics. It’s a farewell song, as it talks about how a person is figuratively buried alive.

The price of love tells the tale of a false kidnapping. The wife flees with her lover and makes the husband believe that she was kidnapped. They demand a million to let her go, the husband isn’t able to gather the full amount and the supposed kidnapper makes him believe that his wife has been killed. The lover, upon not receiving the agreed sum, abandons her and she has no choice but to stay alone, since she can’t go back to her husband, who actually loved her. This is the last song of To lose my life…, which finishes with the same energy it began with.

White Lies created a fantastic album, an unusual blend of poetic lyrics and an upbeat tempo. A mix that manages to turn To lose my life… into something unforgettable and worth listening to many times. Highly recommended.

Antonio Chico 2018