
Slayer es una banda que no se anda con medias tintas y por lo mismo, o te encanta o la detestas. Lo curioso es que esa definición también aplica a sus seguidores, quienes pueden elevar a un nivel casi de deidad algunos de sus trabajos y echar pestes a otros, en una situación que se parece mucho a lo que sucede también con los álbumes de Metallica, otra agrupación de thrash metal de la que sus primeros lanzamientos en los ochentas son considerados como intocables mientras que los que fueron producidos a partir de The Black Album no parece que haya forma de agradar a sus más antiguos fanáticos, independientemente de si son o no discos de gran calidad, aunque en su mayoría sí lo son. Y esto nos lleva al que muy posiblemente sea el último disco que veamos de Slayer, titulado Repentless y que ha sido, injustamente en mi opinión, catalogado como mediocre. De este se desprendieron tres sencillos que conforman una trilogía (Repentless, You Agaisnt You y Pride In Prejudice) que fue también grabada en sendos vídeos caracterizados por una violencia exagerada en el que casi todos los presentes terminan muertos de manera gráfica. De nuevo, Slayer es una agrupación que hace la música que ellos quieren tocar, independientemente de a quiénes pueda gustarle y la fidelidad a ese principio es lo que creó esa horda tan grande de acérrimos seguidores. Esta cualidad también es compartida por los alemanes de Rammstein.
Al igual que en los anteriores lanzamientos de Slayer, en Repentless todas las canciones son pesadas, densas y fuertes y no hay lugar para baladas o sentimentalismos. Desde que comencé a escuchar el disco una canción se destacó sobre las demás, se titula You Against You, un tema al que he querido dedicar una entrada desde hace mucho tiempo, pues su equilibrio entre su pesadez, los poderosos riffs y el magnífico breakdown me dejó asombrado. Es el primer episodio de la trilogía Repentless y la letra puede interpretarse como la historia de alguien que a través de malas decisiones ha cerrado su propio círculo a su alrededor y se volvió su peor enemigo. Pero la música es la protagonista, con los riffs que ya mencioné, los furiosos solos de guitarra y un ritmo acelerado que solo disminuye velocidad para dar lugar al corto breakdown que sirve como contrapunto al frenesí de notas. Esto es thrash metal actual con sus raíces plantadas en los comienzos del género en la década de 1980.

El álbum Repentless, su doceavo de estudio, fue lanzado en 2015, tras seis años desde su anterior trabajo. Slayer fue formado en 1981 en Los Angeles, California por Tom Araya en la voz y el bajo, Kerry King en la Guitarra, Jeff Hanneman, quien murió en 2013, en la guitarra y Dave Lombardo en la batería. Para Repentless Gary Holt había tomado el lugar de Hanneman y Paul Bostaph el de Lombardo. Anteriormente ya le había dedicado una entrada a Slayer, en específico a la canción Silent Scream y la manera en la que su letra puede considerarse como pro-vida, pero con el inconfundible y brutal enfoque que solo Slayer podría darle a esa temática. Pueden leer la entrada aquí, Silent Scream es una de las mejores canciones que la agrupación ha grabado a lo largo de su historia.
Antonio Chico 2020
You Against You:
La trilogía Repentless: